Fiallo

INSTITUTO TECNOLOGICO DE SANTO DOMINGO
AREA DE CIENCIAS SOCIALES


MEMORIA Y SOCIEDAD CIVIL COMO INSURGENCIAS


Profesor Dr. José Antinoe Fiallo Billini
Area Ciencias Sociales de INTEC y la UASD.


Ponencia en el “
Panel sobre Sociedad Civil
8 de Junio de 1999
Salón Julio Ravelo de la Fuente del INTEC

Dedicatoria: A mi padre Lic. Antinoe Fiallo Rodríguez, con deuda y cariño, luchador desde la oscuridad de la tiranía Trujillista en las organizaciones clandestinas de la sociedad civil.

Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) con respeto desde abajo.

1- BREVE INTRODUCCION

Se nos han planteado algunas interrogantes introductorias que podríamos responder para iniciar una reflexión en este Panel.

Me permito contribuir, desde una perspectiva, a esta reflexión, probablemente una breve reflexión, pero con intención provocadora de responder, viendo, simultáneamente,
si el pensamiento, la elaboración, la reflexión o el punto de vista dominicano, tenía algo que decirnos (no tanto de lo más contemporáneo), y entonces, nosotros y nosotras decir algo más con ese pensamiento o comentando algunas cuestiones que éste nos sugiera para el ahora.

2-
SOBRE EL TERMINO O CONCEPTO SOCIEDAD CIVIL

En cuanto al término o concepto “sociedad civil” hicimos un rastreo y nos encontramos con una interesante aproximación, planteada en el contexto muy contradictorio y conflictivo de la década de los sesenta:

2.1 Veamos:
“Si es cierto que el gobierno dominicano es dictatorial, la democracia existe en nuestro país en la saludable igualdad y en la noble convivencia de los que lo habitamos. Nuestra sociedad civil es democrática… pero el gobierno que pretende representarlo afirma, sin haber variado los procedimientos de la tiranía…” (Periódico “Unión Cívica”, 14 de Octubre 1961, Año I No. 20, Pág. 4. Editorial: “Democracia del Pueblo y Proceso de Democratización del Gobierno”).

Me permito llamar la atención en la asociación o relación que se hace entre democracia y unos lugares específicos de la cotidianidad donde predomina la “igualdad” y la “noble convivencia”, y esos lugares se asumen como “sociedad civil”, ámbito donde mora y existe “el pueblo”, conglomerado social que es representado por “gobiernos” caracterizados por procedimientos (formas de acción) de las tiranías.

Hay una sugerencia de correlaciones: gobierno-estado-Tiranía y sociedad civil, igualdad, democracia, pueblo-democracia versus gobierno-Tiranía.

Este abordamiento que se sugiere es completado de la manera siguiente:
“La democracia es un proceso revolucionario en que el pueblo tiene el predominio político del Estado…” (Periódico “Unión Cívica”, pág. 6, 5 Septiembre 1962, Año II, No. 110, Editorial “Revolución Dominicana para Dominicanos”).

En este texto se nos plantea el entender o comprender la democracia como un curso transformador, en la medida en que el Estado no existe separado del pueblo como coglomerado social, que este conglomerado tiene una ascendencia, un predominio, una hegemonía o superioridad como fuerza social histórica en ese ámbito del proceso social.

Se nos sugiere la dimensión de una dinámica desde abajo, o en una relación pueblo-órganos públicos, de una particular interacción en el curso sociohistórico, interacción que evidencia una superioridad y un control de esos órganos públicos por el conglomerado social.


3- PROBLEMATICA DE LA SOCIEDAD POLITICA

La aproximación anterior, nos introduce en el conflicto necesario arriba-abajo, iniciativas exteriores a los sujetos populares-iniciativas desde el corazón social del oprimido, y podemos precisarla con otro texto más viejo, antiguo o añejo que refleja a su vez, otros conflictos. Dice así:

“Considerando: que ninguna
sociedad política puede existir sin tener una regla de conducta pública que define y trace a los que ejercen el poder sus respectivas facultades, y a los que obedecen sus deberes y sus obligaciones, sentando las garantías de goce de la sociedad, tanto de sus bienes como de sus personas” (Decreto de los Jefes Expedicionarios acerca de la Constitución y de las Leyes en vigor. Enero 24 de 1865. Boletín Oficial No. 22 – Febrero 1865. P.A. Pimentel, B. Monción y Federico García. En “Actos y Decretos de la Restauración”.).

Este Decreto, que no podemos evadir como expresión de contradicciones en el proceso de la Guerra de la Restauración contra la dictadura militar española de ocupación, define
la sociedad política como el lugar de un poder particular donde no están o residen los que obedecen, porque allí solo ejercen o pueden hacer los elaboradores de las “reglas” o del ordenamiento social, los que mandan, porque ellos, los que están arriba no lo hacen en una dimensión de distribución, de involucramiento del pueblo en la sociedad política.

Decíamos que el pensamiento restaurador era un ámbito contradictorio (recordemos a los Jefes Expedicionarios), tanto en sus antecedentes como en lo que fue consecuencia de él. Dos ejemplos para respaldar este juicio y valorar la otra apreciación de esa interacción entre gobierno, pueblo y mando.

Primero, Pedro Francisco Bonó decía en 1857:
“El sistema federal… hace al pueblo más fuerte con respecto a las invasiones del poder” (“El Sistema Federal. En “Papeles de Bonó”).


En segundo lugar, Ulises Francisco Espaillat en 1875:
“De todo lo dicho podemos decir, que todos los gobiernos que ha tenido el país se han ocupado, no de gobernarlo, sino de mandarlo” (La Fusión, la situación y los Partidos”. En “Escritos de Espaillat”).

Tercero, de nuevo Pedro Francisco Bonó en 1895 hace un reclamo, produce un clamor cuando nos dice:
“La política dominicana, un sitio más libre donde poder residir y obrar” (El Congreso Extraparlamentario, en “Papeles de Bonó”).

Invasiones del poder, es decir, la externalidad con capacidad para hacer y decidir por fuera de los sujetos y conglomerados, mandando, ordenando, ante lo cual es necesario crear ámbitos nuevos, libertarios, donde hacer y vivir la política. En cierta medida la política en la sociedad en el sentido de un “locus” que sea más cercano a la intencionalidad de construir seres humanos potencialmente creativos, ellos y ellas mismas.

Se hace para ello una exigencia de centrarse en la ascendencia moral y política, como esfuerzo hegemónico que se hace en la contrahegemonía. Bonó sugiere en 1884:
“Con mis indicaciones tengo probabilidades de conseguir mejores resultados que con actos de mi autoridad” (A mis Conciudadanos, en “Papeles de Bonó”).

No se trata de un acto de ingenuidad política; lo que aquí se aborda en la dictomía o conflicto indicaciones-autoridad, es la cuestión de la iniciativa y la conciencia, una interacción necesariamente diferente que establece la necesidad de estimular la sugerencia, la proposición, la ascendencia la asunción antes que la obligatoriedad, el mandato, la instrucción, la orden, el temor o miedo a la externalidad. En cierta medida se está refiriendo a un cierto tipo de poder, de iniciativa, que permite construir simultáneamente procesos y seres humanos con resultados, no aparentes o momentáneos, aunque puedan ser de cierta duración, sino profundos, al fondo de la transformación personal y social, es la cuestión de la revolución moral.
En ese mismo texto citado, el autor retoma la relación entre la condición social y la posibilidad de ser mejores para ser más universales en la justicia. Bonó precisó:

Déjeseme pobre… así conozco mejor el mecanismo de trabajo del hombre, sobre todo del hombre pobre… Salgo también de los Partidos. Yo no quiero ser partidario, quiero ser ciudadano dominicano”.

Este texto plantea la relación entre la condición social, la condición partidaria y la condición ciudadana, que es de particular importancia para el debate político hoy.

La condición ciudadana es asociada a una condición clasista, a una determinada situación y ubicación en la estructura social, a una cierta manera de ser asociada al trabajo y, además, fuera de las formas organizativas restrictivas, particularistas, como decimos ahora, corporativas de la acción partidaria paraestatal..

Ya no solo se trataría de actuar desde abajo, en una dinámica o interacción desde mayorías que son oprimidos pobres, que se constituyen al través de ciertos mecanismos, en unas prácticas del interés más común, sino que implícitamente se ejerce una crítica en relación a otras condiciones sociales que no portan o son portadoras de la condición ciudadana. Esto recuerda a Juan Jacobo Rousseau cuando decía que habrán “
muchos burgueses y pocos ciudadanos” (citado en las notas al pié del texto “Manuscritos Filosóficos” de Carlos Marx, Ediciones Progreso), porque una naturaleza social como está dada su vinculación u organicidad (articulación) con los “intereses privados” los hacía extraños a la sociedad civil que no era ya “la sociedad burguesa más el estamento de la tierra”, porque la dinámica desde abajo y desde los pobres sitúa a la sociedad civil con nuevo sentido clasista anti-burgués en lo pobre y popular, en el corazón del “mecanismo” de su reproducción. Es la condición social que produce en cierta medida condiciones de socialismo como organización alternativa desde la reproducción social.

4-
SOCIEDAD CIVIL, PODER SOCIAL
Lo anterior es un aspecto clave del debate y la reflexión en relación a la sociedad civil y su naturaleza clasista para poder esclarecer su potencialidad como ámbito de generación contrahegemónica (de la nueva ascendencia moral, política, intelectual).

Valdría la pena, creo que vale la pena, repito, recordar a Carlos Marx cuando escribió este texto y dijo:
“… la emancipación humana solo se completará cuando el hombre real, individual, en su vida cotidiana, en su trabajo, en sus relaciones, se haya convertido en un ser de la especie; y cuando haya
reconocido y organizado sus ‘propias fuerzas’ como poderes sociales de tal modo que no se separe ya su poder del mismo poder político” (“Sobre La Cuestión Judía”, en “Obras Escogidas”, Carlos Marx y Federico Engels. Ed. Progreso, 1974).

Quizás podemos recordar ahora lo de ahorita de Bonó: una cierta universalidad, la cotidianidad del trabajo y, además, el poder social como una confluencia de ‘poderes’ (en plural), donde no hay separación, porque no hay “invasiones”, externalidades a los sujetos y que son el “poder” que no tiene que ver con las propias fuerzas de estos y estas (es decir, el ser humano organizando sus potencias como poderes sociales).

En esta línea de reflexión es importante seguir recuperando algunos aspectos, elementos del pensamiento político caribeño-dominicano sobre esta temática.

Eugenio María de Hostos en “
Lecciones de Derecho Constitucional” aportó alguna reflexión interesante:
“… al tratar de la soberanía o poder social, todos los organismos sociales… son copartícipes de ese poder”.

El poderes el de la sociedad… que es el ser, la entidad, el sujeto”.

“La sociedad como
única fuente de poder…”.

Luis Conrado del Castillo en “
Enseñanza Cívica” (1915) sugiere:
“…
no hay otro poder legítimo que no sea el de la sociedad”.

Poder social como eje de la soberanía, poder de la sociedad, sujeto-sociedad, legitimidad-poder-sociedad, unos referentes antiautoritarios y críticos en relación a la prominencia o preeminencia de poderes delegados, primacía de la sociedad política como cuerpo separado, de los que mandan, gobiernan por encima o desde arriba y a la que o los que se cuestiona su legitimidad.

Esta reflexión liberal-progresista se planteó desde una dinámica diferente, tal y como lo hizo en 1858 la “
Proclama del Congreso Constituyente” de Moca en la Revolución Cibaeña contra Buenaventura Báez y su dictadura:
Que los pueblos se acostumbren a gobernarse a sí mismos” (“Congreso Constituyente de 1858”).

El poder social implica el autogobierno del pueblo; la democracia reside en la posibilidad efectiva de ejercicio popular, en una cierta cotidianidad desde abajo y que es lo que genera procesos de aprendizaje duraderos de internalización de las capacidades colectivas de hacer, de decidir, de planear, de controlar.

Esta concepción del poder como autogobierno progresivo debe tener una intencionalidad en la proposición política, partiendo de que el aprendizaje es consecuencia de un planteamiento alternativo en torno a la sociedad política y la sociedad civil, referido a la
redistribución del poder y a la participación ciudadana.

En 1857 y en un texto ya citado, Ulises Francisco Espaillat insinuaba una estrategia:
“No hay duda de que mientras más se subdivide el poder, más se debilita, y justamente esto es lo que conviene a los pueblos, para que sus gobernantes, no empleen, para oprimirlos, el poder que ellos han recibido” (El Sistema Federal).
Esa subdivisión del poder, ese debilitamiento de lo estatal, de lo para-estatal, del “estado ampliado” (recordemos ahora por primera vez al socialista Antonio Gramsci) tiene su contrapartida en el asociacionismo de agrupamientos en las comunidades, que permite la generación de ciertos polos de capacidades del hacer social (poderes).

Hostos habría precisado:
“La multitud de asociaciones privadas, como han podido nacer, crecer y mantenerse esas asociaciones… en un medio tan débil y un medio político tan violento

Américo Lugo ampliaba en 1899:
“Hay una fuente que la ninfa egregia guarda, a donde ir a beber cordura y sabiduría gubernativas: la iniciativa individual. Sociedades comerciales, industriales, agrícolas, benéficas, artísticas, recreativas, instituciones que son complementarias de todo estado jurídico”(“A Punto Largo").

Y Luis Conrado del Castillo precisaba:
“… las colectividades que se organizan políticamente dentro de la sociedad general, están, también dotadas de facultades y derechos, a la vez que de capacidad de gobernarse” (“Enseñanza Cívica”).

Llama la atención en cuanto al aporte hostosiano en relación al concepto de “medio” (como medio social amplio) y “medio político” (en el sentido de la sociedad política), una “débil” y el otro “violento”; uno con dificultades de emergencia-hegemonía y el otro con capacidad para imponer cohercitivamente.

Tanto Lugo como Castillo agregan elementos interesantes: cierta sabiduría está en unos ámbitos no gubernamentales, en sociedades e iniciativas no estatales (Lugo las llama privadas) y el segundo, utiliza el concepto “sociedad general”, ”colectividades” dentro de ella y facultades de éstas para su autogobierno. La interacción o dinámica implícita propuesta reconoce el poder de la sociedad como sociedad general y en su seno colectividades que le dan una posibilidad orgánica al autogobierno de ámbitos específicos.

5- SOCIEDAD CIVIL Y SOBERANIA

La problemática del autogobierno como facultad de las colectividades dentro de la sociedad general, está asociada a la organización e iniciativas que se desarrollan en profundidad de gestión colectiva en una relación estrecha pueblo-conglomerado ciudadano en una proceso centrado en la cotidianidad de las colectividades.

Américo Lugo en el anterior texto citado agregaba:
“El ejercicio de la
soberanía directa es prerrogativa de los pueblos… el gobierno del pueblo por el pueblo”.

Por lo que reclamaba en 1900:
“… la
absoluta descentralización política gubernativa” (“Asunto de la Improvement”).

Es importante resaltar la exigencia de soberanía directa y su contrapartida necesaria que es la descentralización absoluta. En ese sentido habría que preguntarse: ¿qué es una forma de asociación u organización en la sociedad civil?

Si las formas de vinculación, articulación, asociación y organización directas, desde abajo y con los de abajo tienen esa dinámica de autogobierno, es decir, tienen un sentido clasista, de demandas y estrategias ¿pueden hacerse esfuerzos corporativos, clasistas, burgueses, burocráticos y considerarse esfuerzos de articulación en la sociedad civil?

Si efectivamente hay contradicciones y conflictos entre sociedad civil y sociedad política y el ámbito de la sociedad civil es un ámbito o terreno de luchas de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, ¿un proyecto efectivo puede coexistir con predominio de la dinámica de arriba hacia abajo (agregar factores hegemónicos a la cohersión estatal) con el consentimiento de fuerzas sociales de abajo?

Obviamente, a mi juicio, que no; ser parte de la dinámica desde abajo implica progresivamente desatar fuerzas que participan en la dinámica desde arriba, para
desequilibrar esa dinámica opresora, debilitarla y restar capacidades a su relacion de dominación. El propósito básico o uno de los propósitos básicos de una proposición alternativa es, como dijo Emilio Prudhomme en 1907:
“colaborar en la obra de organización moral e intelectual de la sociedad dominicana” (“Dos Palabras”).

Es una cierta labor sociocultural referida a un ascenso o ascensión de un proceso a lo general de la sociedad, en una especie de trabajo de múltiples sujetos y ámbitos. Teniendo en cuenta nuestro contexto actual y la naturaleza del pensamiento revolucionario en construcción es el ascenso sociocultural de las mayorías oprimidas y por tanto excluídas. De la “reforma intelectual y moral” que está referida a potenciar la capacidad contrahegemónica de las fuerzas sociales de abajo y desde abajo, pues en última instancia se trata de construir un proceso de hacedores colectivos sin privilegios y privilegiados; por tanto, los privilegiados, que tienen su interés corporativo burgués (lo“privado” que expropia lo público y que se hace “público” de la élite explotadora y dominadora) no son, en ese sentido, ciudadanos(as) y no son la sociedad civil o de la sociedad civil que está o es lo de abajo.

Bonó señaló, y lo retomo, en ese sentido:
“Nunca, en ninguna de sus facciones se ha percibido la nota del pueblo, de sus necesidades y aspiraciones” (“Apuntes sobre las Clases Trabajadoras”, 1884).

Por ello, porque esas facciones político.corporativas y corporativas de la clase burguesa generan, mantienen y controlan los ámbitos de la sociedad política de arriba y desde arriba, y además, pretenden desde la sociedad civil mantener sus factores y recursos de hegemonización, estamos obligados a asociar participación, representación, interés popular, articulaciones, problemáticas y proposiciones alternativas en un contexto estratégico de transformación y en la generación de espacios públicos populares desde abajo, como órganos de nuevos poderes sociales.

La proclama de ello está en este texto del mismo Pedro Francisco Bonó:
“Los habitantes de todo el territorio de la República, a la vista de la honda miseria que los agobia
y desengañados por un momento del fantasma del progreso del país que muchos sin prueba decantan; han determinado por medio de un acuerdo tenido en estos días y que quieren que sea público, en nombrar un representante de cada Provincia y Distrito, para que a su nombre y representando sus personas, discutan los intereses generales de la República y los especiales de cada localidad, a fin de tomar, después de discusiones bien meditadas y aprobadas, resoluciones que en forma de votos indiquen la opinión de los derroteros que habrá de seguir, para no continuar cavando el abismo que hace tiempo se viene trabajando… discutir los altos y difíciles problemas de la sociedad de que forman parte pide que con urgencia se resuelvan…” (“El Congreso Extraparlamentario”, 1895).

La proposición del Congreso Extraparlamentario, del imaginario de “un lugar libre” fuera de la politiquería y la manipulación, climax del desengaño y la necesidad de acciones populares, es una exigencia a la política alternativa y revolucionaria del hoy. El Congreso Extraparlamentario es una propuesta de relaciones en la sociedad para reflexionar, actuar y proponer desde abajo, con nueva “autoridad” contrahegemónica (en el sentido de la ascendencia moral y política), que surge, que insurge, que es insurgente, y que coloca o se coloca progresivamente en la dinámica desde abajo, lo que implica una concepción organizacional, con énfasis en articulaciones sutiles, diversas, creativas.

El mismo Bonó sugería en dos momentos diferentes:
“… los ciudadanos que se preocupan de los intereses de los dominicanos, desde ahora, procuran enlazar esfuerzos, combinar sus medios y ponerse de acuerdo para escoger, proponer y hacer triunfar…” (“Opiniones de un Dominicano”, 1884).

“… en movimiento
todas las capas sociales, todas las fuerzas activas de la sociedad, por medio de engranajes fáciles y suaves” (“El Congreso Extraparlamentario, 1895).

Estas sugerencias están referidas a maneras, formas, alternativas de construcción de procesos sociales desde abajo, desde los intereses y potencialidades de los sujetos sociales oprimidos, como proposición, propuesta o proyecto revolucionario que no pretende reciclar la civilización burguesa.

6-
ALGUNAS BREVES CONCLUSIONES

Es en el sentido del párrafo anterior que entiendo podemos o puedo hacer algunas reflexiones sugerencias con una intencionalidad revolucionaria:

6.1 Revisar la visión sobre la sociedad civil
más cerca de lo cotidiano y como diversidad de formas como “puntos de encuentro”, no como oficinas, proyectos burocráticos o paraestatales, necesidades “intelectuales”, urgencias de crear un estado “ampliado” (llegar abajo y a los de abajo para controlar y neutralizar), intereses corporativos de clase media (pequeña burguesía en acomodamiento) y burguesía para “tecnificar” la modernización o lo que ellos y ellas llaman “modernización”.

“Puntos de Encuentro” que emergen en las dinámicas cotidianas y que tienen las potencialidades de ser tránsitos a relaciones insurgentes y que se dan en el teatro, la música, la literatura, recreación, socializaciones formales e informales, peñas, economías de subsistencia, nuevas formas de asociación para “apropiaciones indebidas” (ocupantes), preferencias sexuales excluídas, generaciones en conflicto o con falta de apoyo y reconocimiento, acciones para lograr situarse y pertenecer en los diversos territorios, grupos de apoyo de diversas espiritualidades, redes de intercambios informales más o menos fijos, clandestinidades impuestas desde arriba en instituciones o empresas, nuevas formas de resistencia sindical obrera y campesina, iniciativas de control vecinal y local, experiencias pedagógicas y educativas con sentidos de autogobierno, nuevas formas de organización sociopolíticas, expresiones de género desde situaciones de conflictos, subordinaciones y crisis de la vida cotidiana.

Se trata de auscultar el fondo social, relaciones que surgen, imaginarios, sentimientos, decisiones de actuar y de tener iniciativas y entonces ver, articular, organizar, contribuir a emerger, hacer disputa contrahegemónica, estimulando las nuevas relaciones sociales y mentalidades “subterráneas”.

Una intención de poner a moverse “la sociedad”, como, de nuevo decía Bonó:
“…la sociedad en acción y la sociedad es un organismo tan complicado… a nosotros nadie nos paga y nos urge remediar los males como participantes que somos de los que padecen” (“Congreso Extraparlamentario”, 1895).

En ese Congreso de Bonó nadie cobraba, en su imaginario político la condición ciudadana era definida como “participantes de los que padecen”, es decir, desde el sufriente social producto de las distintas facciones oligárquicas y proimperiales.

En ese sentido las nuevas iniciativas no tendrían que ver con relaciones primarias viejas, con esperanzas centradas en bondades individuales, en proyectos financiados por “bancos” e instituciones de dominación financieras o de “ayuda” asociados y asociadas a intencionalidades de globalización opresora, en supuestas posibilidades de convergencia o “consenso” desde arriba, en querer hacerse artífices de estados “ampliados” (desde arriba con redes abajo), en potabilidades para, quizás, ver si nos pueden permitir alcanzar algo, una “chilata” luego de transacciones donde ellos quedan arriba apretando siempre abajo y diciendo que eso es "democratización”. Es, y me excusan,
una estrategia revolucionaria (anticapitalista), que no desconoce complejidades, dificultades, interacciones que requieren cierto arte, pero que a la hora de desenlaces y/o rupturas (tenemos dolorosas experiencias de “consensos” impuestos o de circos “agripinianos”), por lo que podemos decir como dijo Bonó en 1857:
En política no ha de haber términos medios” (“El Sistema Federal”)

Porque por buscar términos medios de las “concertaciones”.hemos llegado a 1999 arrastrando todas las transacciones más ominosas, que a la postre colocaron al estado como dominador de la sociedad, herencia del imperialismo yanki (1916-1965), el trujillismo y el balaguerismo, así como de las experiencias seudo-liberales y seudo-democratizantes del perredeismo y el peledeismo que concluyen justificando el autoritarismo y el estado “ampliado” que pretende siempre utilizar el ámbito de la sociedad civil para su afianzamiento.

O autogobierno como intención, propuesta y acción, y allí está la sociedad civil desde abajo. O la opresión desde la sociedad política y su juego de palabras sutiles del fascismo “liberal”.

Valdría la pena recuperar ahora, también, para concluir, y en el sentido anterior algunos planteamientos socialcristianos (Partido Revolucionario Social Cristiano) de la década de los sesenta y que aportaban una visión desde abajo:
“… las masas deben estructurar un orden basado en el derecho y la justicia” (“PRSC dice no hay clima electoral”, Listín Diario, 25 Febrero 1964).

“Como consecuencia de ello (el Golpe de Estado de 1963, N.A.)
la autoridad permanece en el pueblo” (“El PRSC pide Constituyente en un plazo de 4 meses”, Listín Diario, 15 Abril 1964).

“…
el pueblo ha tomado conciencia revolucionaria de su autoridad” (“Social Cristiano emite comunicado”, Listín Diario, 5 Mayo 1964).
Tal y como se traduce desde estos puntos de vista de la izquierda del Partido Revolucionario Social Cristiano, de lo que se trata es de generar autoridad, capacidad de hacer, poderes desde la sociedad, en el pueblo, asumirse como sujeto, como productos de protagonismo, como estructuradores, organizadores estructuradores, organizadores del proceso social y sociopolítico desde la sociedad civil como autogobierno, desde abajo y sin otra pretensión.

Se trata de la conciencia como poderoso componente subjetivo que genera autoridad moral en cada sujeto, el potenciamiento y la autoestima del mismo, y en la formación de poderosos conglomerados sociales que se hacen dueños y dueñas de si y de la comunidad. Por cierto, que eso es la democracia y el socialismo.

7-
REFERENTES BIBLIOGRAFICOS:

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NACIONALISMO Y LIBERALISMO: RECUPERACION DE SU PENSAMIENTO Y ORGANIZACION PARA LA CONSTRUCCION DE UNA ESTRATEGIA POPULAR HOYNACIONALISMO Y LIBERALISMO: RECUPERACION DE SU PENSAMIENTO Y ORGANIZACION PARA LA CONSTRUCCION DE UNA ESTRATEGIA POPULAR HOY. División de Post-Grado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD y Centro Cultural Poveda. 28 de Abril al 9 de Mayo 1995. Curso Monográfico sobre Pensamiento Social y Político Dominicano.
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Fiallo Billini, José Antinoe.
SUGERENCIAS PARA DIALOGAR EN TORNO A UNA ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA PENSANDO AL REVES. Encuentro Cívico Abierto. 12 de Febrero 1999. Asociación Médica Dominicana.
Colección del Períodico
“UNION CIVICA”. Archivo del Lic. Antinoe Fiallo Rodríguez. 1961-1962.
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